Queda terminántemente prohibido para los transeúntes a este blog leer los comentarios de la publicación anterior, que darían la impresión de haber sido sustraidos del portal "Lágrimas de Candy Candy". En fin, uno tiene derecho a secretar estrógenos de vez en cuando.
Ha sido una tremenda fortuna vivir la final del mundial en el país que lo ganó, una final vibrante hasta el final digna de un mundial menos mediocre (a pesar que el chivo espiratorio fuera una pobre pelota que ninguna culpa tuvo de haber sido concebida anorexica), donde el principal protagonista de esta contienda entre atletas colosales deportistas de alta competición fue un invertebrado.
Esta cuidad es pequeña, pero me a veces sorprende con atisbos de gran metrópoli: froteuristas de medio día retozando a la sombra de glorietas bajo las cuales jóvenes familias con niños en coches transitan apasiblemente devorando helados de colores. En kioskos de periódicos del Paseo Pereda (una de las avenidas principales) entre diarios, Holas y golosinas, se dispende revistas con singulares regalos promocionales; particularmente me llamo la atención una sobre sexualidad que traía de regalo un consolador a pilas (dispositivo electronico diseñado para suplir la dinámica de un gañán en estatus convulsivo).
En esta urbe donde alternan por la calle ancianos en andador (al que cariñosamente llaman tacatá) con mozuelos sin brote pubiano pero con aretes y pearcings hasta en el escroto, un sábado se tiñeron las calles de rojo. Y no es que vaya a narrar un día como cualquiera en el poblado de Juarez (provincia de Tijuana), es que toda la cuidad se volvió parte de la comparsa jovial, orgullosa y sonriente que desfilaba al son de ovaciones monocordes cargadas de patriotismo circunstancial. Según me comentaron los nativos, pocas veces se había ondeado al roja tan masivamente, catalanes y vascos se sintieron de pronto españoles y se sumaron al culto, gritando arengas a sus gladiadores con el pecho inflamado.
Tras mi fallido intento en convencer a mis amigos de acompañarme, emprendí solo la peregrinación a calles y bares donde entre tapas, quesos y vinos, se degustaban los coros a la selección y los oprobios contra la pobre madre del árbitro que nada mas hacia su trabajo.
Mas atento que la mismo encuentro, acaparaba mi la atención la afición. Hipnotizados frente a las imágenes y sintiendo en carne propia los patadones que propinaban los holandeses quienes ya sea la con copa o con el muslo de Iniesta, no volverían a casa con las manos vacías; los espectadores vivieron el interminable calvario de la incertidumbre.
El gol llego cuando ya la mayoría apostaba a la ruleta rusa de los penales, y como toda alegría inesperada tuvo un regusto especial, de quien le roba la billetera a la adversidad. Estallaron vasos y copas, y una lluvia de vino y cerveza refescó la algarabía de la afición....
Aunque me queme el cerebro en recordar algún detalle inusual o sublime en la celebración, y siendo honesto con ustedes, no hubo nada de original. Los autos jodiendo con sus bocinas tocando un son oligofrénico, universal y futbolero, y la gente gozando con el éxito de otro no dejó de ser un espectáculo vulgar. La muchedumbre hedionda en Madrid concentrada en la Plaza Neptuno con el ayuntamiento conminando a no desbordar más las calles no logra despertarme emoción alguna, mi sonrisa impostada se deforma en un gesto de hastío, y me descubro incapaz de entrar en sintonía con esta alegría masiva e idiotizada.
Todo es tan absolutamente previsible que ya no vale siquiera la pena ser comentado. No hay nada nuevo bajo el sol.
Wow que suerte tuya de estar en el mismo centro del corazon Rojo ganador del ansiado cetro mundialista. Me imagino la energia contagiante, el extasis generalizado... Vaya, que bueno haber estado alli.
ResponderEliminarTal vez Peru llege a realizar esa proesa, tal vez si nuestras mentes giran su punto de vista, pasan las páginas y usan mucho corrector sobre los dirigentes de la federación, seamos campeones de la Copa Mundial Lunar 3014.
Slds Yul!
Es que ellos SI tienen identidad nacional. Nosotros, los peruanos, no la tenemos.
ResponderEliminarNi tanto compare, cuando estes aca te daras cuenta que en escencia la humanidad es la misma huevada. Si estuviesemos economicamente de la putamare y nuestra clase politica no seria tan tremendamente hija de puta, te aseguro que todo el mundo andaria todo patriótico.
ResponderEliminarHola Yul, al menos viste como recelebraban los españoles su victoria (bueno, aca también un poco debido a las apuestas). Acá nadie va a ningún mundial debido a la mentalidad tergiversada que se concibe desde que uno abre los ojos en esta tierra. No hay quien no juegue fútbol y no hay casi cancha o parque disponible para hecharse una pichanguita.
ResponderEliminarAhora que lo pienso, como es allá? Tambien se da la misma situación?
Yul... tienes q admitir q tu sólo fuiste de espectador para captar algún desenfreno femenino. y no t acompañamos por... tu ya sabes jejeje.
ResponderEliminar