Las cosas se tambalean por este lado del globo. Los inmigrantes somos un pujante y amenazador peligro para el cómodo clima de bienestar español. Llegamos en su mayoría para hacer lo que ellos no quieren, pero tras la crisis absolutamente previsible de un país que avanza tres décadas detrás de Europa pero con pretensiones de ponerse a la altura del vecindario rico, ya pocos son los trabajos indeseados.
Poco a poco el sistema laboral que en su momento abrió las puertas a la inmigración, pone condiciones abusivas para quien se busque el pan sin documento en mano, pone a esta pobre gente la altura de un criminal y lo despoja varios de sus derechos elementales.
La atávica servidumbre hacia norteamérica pone, del mismo modo, en tela de juicio como buena opción regresar a la tierra madre (muchas veces madre desnaturalizada). La escrita escala social, que es más empinada cuanto más abajo te encuentres, deja a la mayoría sin elección, o finalmente y frente a tanta incertidumbre, abandonándose a la circunstancias y encadenándose a la cordura con un rosario.
En Madrid vi una africano durmiendo en la calle y mendigando por comida (o por un trago u otra cosita), hablaba un francés fluido, y un ingles correcto con un acento que no se identificar. En su país o en el mio podría ser un maestro o un empleado o un comerciante, pero tras dejar su tierra quizá rica en diamantes, en oro o en otro mineral no menos valioso, esta mendigando, arrastrándose por un pan en un continente que con seguridad esquilmó, ultrajó y abandonó al suyo a su suerte, una suerte que nunca fue mucha.
En el metro es cada vez menos la gente que sonríe, la gente que se mira a la cara. Todos nos evitamos, por miedo, vergüenza, asco, que se yo. De anden en anden todo es lo mismo. Muchas razas, muchos idiomas, muchos dialectos buscando y buscando, pocos encuentran.
Cual es la hora de tomar partido, cual es la hora de dejar de ser indiferente. De alzarse al monte con una mula y con un puñado de principios y dejar esta cómoda precariedad.
Pero tu crees que todos andarán de rositas agarrados de la mano? Que la gente sea indiferente o maleducada que te importa, además así es más facil escoger a tus amigos. Vive tu nomas y haz lo que tengas que hacer.
ResponderEliminarUna vez lei no se en donde unas muchas lineas entre las que decian: "...es mas facil pero no mas cristiano". ¿Como caray aplicar eso a diario? o como explicarle ciertas cosas a ese africano si lo unico que quiere es darse un baño y comer.
ResponderEliminarVaya vida, tantas elecciones y caminos que quien sabe a donde nos hagan rodar. Como dados será aveces 6 y aveces 1 verdad?
En todo caso ese negro acá te hubiera asaltado
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