Ayer los chicos de la casa y yo nos reunimos a merendar y a esas platicas interminables sin sentido que disfruto tanto. Ayer sin embargo sentí todo el andamiaje afectivo formulario, una foto en sepia de buenos momentos que no lo son tanto, de amigos de lugar y circunstancia algunos de los cuales en algún momento les profesé sincero afecto que hoy cuestiono.
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