viernes, 26 de agosto de 2011

Locura

Hay una historia acerca de un loco, pero... que es un loco?. No interesan las definiciones del CIE10 ni de la OMS. Prefiero tejer mi propia acepción del término. Cuando la gente ve algo que no encaja dentro de lo usual, o que no hace lo que "se debe de hacer" o se comporta como "se tiene que comportar" usualmente tildan a ese alguien de loco, independientemente si éste hace lo que es realmente correcto, o se comporta como su honestidad descarnada le manda a comportarse. Ser loco, en otras palabras, es ser diferente, es alejarte, aunque sea sutilmente, de lo que el resto espera de ti.
El resto espera algo de ti basándose en modelos sociales o culturales: tu padre es un profesional destacado?, ere inmigrante chino?, tienes 50 años?, vienes de un hogar cristiano?, tu viejo es hincha del alianza?, naciste en La Libertad, cuna del Aprismo?; la cosa es que si no tienes un título profesional, no tienes un chifa o una ferretería, si no estás feliz mente casado y a punto de jubilarte, si eres agnóstico, eres hincha de los Diablos Rojos de Chiclin, o no eres un descerebrado y prefieres no identificarte con ningún grupo político ya que en esencia son la misma mierda, entonces estás loco.
El loco es mención es un personaje real llamado Thierry Guetta, un inmigrante francés con esposa y dos hijas dedicado a la venta de  ropa que confeccionaba modificando prendas que compraba al mayoreo. Llevaba a cuestas una videocámara todo el tiempo y se empecinaba en registrar todo a su alrededor. Se obsesionó son esto tras la muerte de su madre de una enfermedad que le ocultaron; él tenía entonces 9 años y se enteró por la boca de un malparido que se lo ladró desde el enrejado de su escuela el mismo día del deceso. Decidió, entonces, que no quería volver a perder un detalle.
Los sucesos que llevaron a este tipo a hacer lo que finalmente quiero relatar son muchos, y ya que no es el punto, trataré de resumirlos. 
Su primo era un artista urbano modestamente conocido que le permitió documentar su trabajo en video, y a través de él, fue conociendo a otros artistas de mayor talla dentro del submundo artístico callejero. Fue así como conoció a Banksy, el más célebre artista de la calle de los últimos tiempos, quien le permitió hacer tomas de su trabajo (evitando enfocarle la cara, ya que el trabajo de estos sujetos estaba generalmente reñido con la ley). A estas alturas Thierry había descuidado el negocio y virtualmente abandonado a su familia cada vez que Banksy requería de su cámara cómplice en Londres, New York, o donde quiera que anduviese haciendo un grafiti. Ya con suficientes tomas, le pidió que editara el material y que le enviase el resultado. Él lo hizo con ahínco y dedicación, con la total entrega que le ponía a todos sus proyectos, pero claro, con todas las limitaciones arrumadas tras su entusiasmo. La opinión del artista fue categórica, era una mierda, pero una de proporciones, de esas que emergen de culos urgidos luego de viajes intercontinentales con cena de despedida. 
Las conclusiones no podían ser menos categóricas: el video no podía ni debía ser exhibido en ningún círculo artístico que se respete, y que Guetta no estaba completamente bien de la cabeza.
Y fue por esos sentimientos de lástima y compasión amalgamados que Banksy le pidió a Thierry que dejase el video y se abocase a otra afición, mensaje que llego a su mente pasmada como una invitación a "hacer su propio arte".
Pues bien, liquidó lo que quedaba de su negocio, sepultó su casa bajo una segunda hipoteca y se embarcó hacia aguas desconocidas, a un viaje sin retorno al mundo absurdo y discomprendido del arte moderno sin experiencia, ni formación... ni talento. Rentó un ambiente excesivamente grande para su primera exhibición y pidió a sus contactos críticas auspiciosas con su trabajo.
Bansky se refirió de él como "un fenómeno de la naturaleza, y no en el buen sentido", frase que, por supuesto, se convirtió de inmediato en una gigantografía que fascinó a la contracultura y se ganó una portada en la revista L. A. Weekly. 
La exposición fue un acontecimiento con nutrida concurrencia y significó más de un millón de dólares en ganancias para el nobel artista de fotoshop, y sus obras (que en su mayoría apenas si fueron firmadas o salpicadas de pintas de colorinches por él) ahora se exhiben en importantes museos y colecciones del mundo.
El loco en cuestión triunfó dentro de la caprichosa ruleta del destino, obviando la enorme posibilidad de dejar a su familia en la quiebra, gracias a su empecinamiento y el trabajo desbocado, tenaz e infatigable, y claro, a cierto componente sobrenatural de un tío muy simpático pero con un sentido del humor más bien negro. Cuando emprendemos un proyecto, hacemos un viaje de ida, pero usualmente también nos preparamos para el retorno; el loco, sin embargo, gasta todas sus fuerzas y provisiones en el trayecto, y llega más fuerte, más pronto y más seguro, ya que no se plantea otra alternativa, y está libre de todo el lastre que nos grita que no se puede, y nos sepulta bajo un grueso sedimento de segura y sólida mediocridad. Ahora miro a mi alrededor y me veo rodeado de locos, ya que cada cosa trascendente en este mundo moderno, brotó de ese universo irreal o distorcionado en que pululan estas criaturas maravillosas.

PD: También estuve pensando acerca del arte, pensamiento que reforcé luego de admirar una exposición en el Palacio de Velasquez, y concluí que el llamado arte moderno demanda cada vez menos talento y técnica, y, por el contrario, más presupuesto y contactos, y que está abocado a satisfacer a los críticos, ociosos, necios, buscadores que quintaescencias, y a los tipejos forrados en dinero con ganas de empapelar de billetes su mal gusto; y que los artistas impopulares desnaturalizan su esencia al hacerse famosos.

3 comentarios:

  1. Me he dado cuenta que luego de leer este post me quede viendo rayas blancas en el espacio...
    creo q tambien estoy loco...

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  2. Cherto...

    A lo mejor, con un poco de menos esfuerzo, yo podría triunfar en el mundo de tu post data... jajajaja...

    ¡Un abrazo Yul!

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  3. Elogio a la locura!!! qué lujo de post, la PD. -increiblemente- me gustó el doble! jaja

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